Dani Alves pidió hora para él en el Centro de Estética y Peluquería de Josep Pons, en Esplugues de Llobregat. El lateral es cliente habitual de este centro de belleza integral dirigido por un gran barcelonista. Puntual apareció por la puerta acompañado de dos amigos. El más bajito se quitó la gorra: era Neymar. Esta vez, Dani no pasaría por las manos sabias de Pons sino que el que necesitaba un corte era Neymar.
El brasileño pasó al centro y saludó uno a uno a los clientes que en esos momentos se estaban cortando el pelo o haciendo una manicura. Amabilísimo con todos, sonriendo aunque algo tímido, pidió un corte “moderado y discreto” y que el estilo siguiera la moda más europea.
Neymar quiere destacar por su fútbol y no por los cambios de imagen que acostumbraba a protagonizar en Brasil, con el corte a lo mohicano, las crestas teñidas de rubio o incluso el teñido total. Neymar mantiene un corte vertical, que favorece sus facciones, pero ahora es muchísimo más discreto. Quiere el brasileño que se hable de su fácil adaptación al fútbol blaugrana, de las filigranas con Messi, de su desparpajo en el campo. Sólo eso. Sigue el consejo que le dio Sandro Rosell cuando llegó a Barcelona, que tuviera paciencia, que fuera poco a poco y que se centrase en su integración futbolística, que estaba llamado a ser un número 1.
Nada más terminar el proceso, agradeció a todos el trabajo y se marchó acompañado de Alves, que esta semana repitió visita a Josep Pons acompañado de su bellísima novia para seguir cuidando su imagen. Alves es uno de los futbolistas del Barça con mejor estilo, tanto en su cuidado personal como en su estilismo, muy marcado por la pasarela italiana y la moda más urbana.
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